domingo, 11 de abril de 2010

REQUISITOS DE UN MAESTRO CRISTIANO

* Debe tener una relación personal con Cristo Jesús.
* Debe vivir la vida cristiana en obediencia a la palabra de Dios. No puede vivir en abierto desacuerdo con los principios bíblicos.
* Debe ser sensible, tierno e interesado en las necesidades de los otros.
* No debe temer el trabajo duro, ya que la enseñanza requiere horas de preparación y estudio, además del desgaste emocional y espiritual al enseñar.
* Debe ser creativo con ideas originales, y saber buscar ideas de otras fuentes. Debe ser capaz de adaptar las lecciones a los alumnos con pensamientos nuevos.
* Debe tener una actitud positiva y entusiasta. El carácter del maestro influye en la enseñanza. No debe ser demasiado pasivo ni pesimista.
* Debe ser persona con autoridad. Esta cualidad puede desarrollarse cuando hay una autentica convicción de que estamos ocupados en un ministerio espiritual importante. La inseguridad es lo que hace perder sus cualidades de líder a muchas personas.
Ser maestro de la palabra de Dios, es el mayor privilegio que se puede gozar. Significa estar íntimamente vinculado al Maestro por Excelencia, nuestro Señor Jesucristo, ya que gran parte de su ministerio comprendía la enseñanza. El delegó poder y autoridad a sus seguidores para que continúen esa labor.
Y les dijo: “Id por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado será salvo; más el que no creyere, será condenado.” Marcos 16:15-16.
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8.
Dios ha puesto sus ojos en los maestros, y ese deseo de enseñar que brota desde lo profundo de su ser, no es sino un llamado del Señor.
El necesita de usted para la educación de sus “joyas”, los niños y las niñas que el tanto ama. Sus inmortales vidas representan gran valor. Jesús murió por cada uno de ellos en la cruz. No derramó su preciosa sangre, en precio de rescate, solamente por los adultos, sino que también lo hizo por los niños.
La vida de un niño se puede compara a una hoja de papel en blanco. Cada persona que pasa por su lado, escribe algo en esa hoja.
Al llamarle para ser maestro, Dios dispuso que usted ayuda a otros ser humano a aprender. No importa cuán grande o cuán pequeño sea a quien enseñe, siempre estará centrado alrededor de tres factores:
1.- El Maestro
2.- La Lección
3.- El Alumno

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Dejad venir los niños a mi y no se los impidais porque de los tales es el reino de los cielos

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